La voz
es el eje principal sobre el cual se lleva el discurso radial. Y tiene un significado
especial de pendiendo del manejo y la intención comunicativa que se de a cada palabra.
Por lo que aI hablar en la radio, se debe
hablar con imágenes, las Palabras deben crear imágenes. Pues no es solamente hablar por hablar, si no que en los programas
se pueden crear imágenes a través de recursos metafóricos, utilizando colores, describiendo
objetos, narrando historias exagerando, pintando escenarios. Etc. Ya que la
imaginación, es un elemento clave para el discurso radial, abre múltiples posibilidades
para el encuentro diario con el oyente. Por lo que es necesario pensar en una estructura
flexible, con diversas formas de iniciar un programa, diferentes saludos y cierres,
recursos, formas de abordar al oyente, recibir despedir una intervención telefónica,
enviar a comerciales, presentar canciones, etc.
Frecuentemente escuchamos decir “fulanito
tiene voz de locutor” Sí, efectivamente, existen voces que tienen ventajas
sobre otras que son más agradables o bonitas por así decirlo “voces radio eufónicas”.
Pero también ejemplos sobran de locutores y locutoras famosos que no tuvieron o
tienen ese tipo de voz y sin embargo han sentado cátedra en nuestros medios.
Existen
defectos muy graves que deben ser corregidas, entre ellos, las voces roncas, desentonadas,
infantiles, etc., también existen los vulgarismos o barbarismos de personas
carentes de los más elementales signos de cultura. Por otro lado encontramos los
defectos de pronunciación, los que son más frecuentes, a los que escuchamos por
nuestros medios.
El
carácter colectivo del trabajo radial también se manifiesta en la excelencia
que pueda alcanzar un locutor, cuando los guionistas redactan para que el
material se pueda interpretar ante el micrófono o mirando al telepronter. Los
textos deben estar escritos para ser hablados y no para ser leídos. Un buen
locutor debe dar la sensación de que
está hablando, aunque en la realidad esté leyendo. Eso es parte de su
profesionalismo. Hay que hacer énfasis en el uso del telepronter, valioso
instrumento de la televisión que debemos
conocer para usar a nuestro favor, para
jugar con él, pero nunca para hacernos
dependientes ni para dejarnos esclavizar.
Hay
que tener presente que la lectura correcta en radio no sólo se logra observando
los signos ortográficos propiamente dichos, sino también aquellos, como las
pausas facilitan la naturalidad expositiva. Sin embargo, el tono y la
intensidad, el volumen de la voz, son en ellos totalmente distintos de los que
utilizan los oradores en una plaza o en un recinto repleto de público. Por lo
que el locutor o locutora, tiene qué elevar su tono de voz, ni aumentar su intensidad
o volumen.
Las
personas nos identificamos por medio del sonido de la voz, porque cada ser
humano tiene un timbre personal. Los programas se identifican en la radio por
la voz. Muchas veces las personas no recuerdan el nombre del programa ni el de la
emisora, sino el del profesional que lo conduce.
La
voz debe tener rostro de credibilidad. En primer lugar hay que creer en lo que
se dice. Por ello los locutores no pueden
leer poco, no tener nada original
que decir, ni descuidar la forma de lo que dicen. Los profesionales de la voz
necesitan estudiar constantemente, no para demostrar que saben, sino para
comunicarse mejor con los oyentes.